Color litúrgica:Branco
25 Jan 2020

2ª Semana del Tiempo Común – Sábado

Primera lectura (Hechos 22:3-16)

3 «Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero educado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel en la exacta observancia de la Ley de nuestros padres; estaba lleno de celo por Dios, como lo estáis todos vosotros el día de hoy. 4 Yo perseguí a muerte a este Camino, encadenando y arrojando a la cárcel a hombres y mujeres, 5 como puede atestiguármelo el Sumo Sacerdote y todo el Consejo de ancianos. De ellos recibí también cartas para los hermanos de Damasco y me puse en camino con intención de traer también encadenados a Jerusalén a todos los que allí había, para que fueran castigados. 6 «Pero yendo de camino, estando ya cerca de Damasco, hacia el mediodía, me envolvió de repente una gran luz venida del cielo;
7 caí al suelo y oí una voz que me decía: "Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?" 8 Yo respondí: "¿Quién eres, Señor?" Y él a mí: "Yo soy Jesús Nazoreo, a quien tú persigues." 9 Los que estaban vieron la luz, pero no oyeron la voz del que me hablaba. 10 Yo dije: "¿Qué he de hacer, Señor?" Y el Señor me respondió: "Levántate y vete a Damasco; allí se te dirá todo lo que está establecido que hagas." 11 Como yo no veía, a causa del resplandor de aquella luz, conducido de la mano por mis compañeros llegué a Damasco. 12 «Un tal Ananías, hombre piadoso según la Ley, bien acreditado por todos los judíos que habitaban allí, 13 vino a verme, y presentándose ante mí me dijo: "Saúl, hermano, recobra la vista." Y en aquel momento le pude ver. 14 El me dijo: "El Dios de nuestros padres te ha destinado para que conozcas su voluntad, veas al Justo y escuches la voz de sus labios, 15 pues le has de ser testigo ante todos los hombres de lo que has visto y oído. 16 Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, recibe el bautismo y lava tus pecados invocando su nombre."

 

O (elige una de las lecturas)

Primera lectura (Hechos 9:1-22)

1 Entretanto Saulo, respirando todavía amenazas y muertes contra los discípulos del Señor, se presentó al Sumo Sacerdote, 2 y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, para que si encontraba algunos seguidores del Camino, hombres o mujeres, los pudiera llevar atados a Jerusalén.

3 Sucedió que, yendo de camino, cuando estaba cerca de Damasco, de repente le rodeó una luz venida del cielo, 4 cayó en tierra y oyó una voz que le decía: «Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?»

5 El respondió: «¿Quién eres, Señor?» Y él: «Yo soy Jesús, a quien tú persigues. 6 Pero levántate, entra en la ciudad y se te dirá lo que debes hacer.» 7 Los hombres que iban con él se habían detenido mudos de espanto; oían la voz, pero no veían a nadie. 8 Saulo se levantó del suelo, y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía nada. Le llevaron de la mano y le hicieron entrar en Damasco. 9 Pasó tres días sin ver, sin comer y sin beber.
10 Había en Damasco un discípulo llamado Ananías. El Señor le dijo en una visión: «Ananías.» El respondió: «Aquí estoy, Señor.» 11 Y el Señor: «Levántate y vete a la calle Recta y pregunta en casa de Judas por uno de Tarso llamado Saulo; mira, está en oración 12 y ha visto que un hombre llamado Ananías entraba y le imponía las manos para devolverle la vista.»

13 Respondió Ananías: «Señor, he oído a muchos hablar de ese hombre y de los muchos males que ha causado a tus santos en Jerusalén 14 y que está aquí con poderes de los sumos sacerdotes para apresar a todos los que invocan tu nombre.» 15 El Señor le contestó: «Vete, pues éste me es un instrumento de elección que lleve mi nombre ante los gentiles, los reyes y los hijos de Israel. 16 Yo le mostraré todo lo que tendrá que padecer por mi nombre.» 17 Fue Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y le dijo: «Saúl, hermano, me ha enviado a ti el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías, para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo.»

18 Al instante cayeron de sus ojos unas como escamas, y recobró la vista; se levantó y fue bautizado. 19 Tomó alimento y recobró las fuerzas. Estuvo algunos días con los discípulos de Damasco, 20 y en seguida se puso a predicar a Jesús en las sinagogas: que él era el Hijo de Dios. 21 Todos los que le oían quedaban atónitos y decían: «¿No es éste el que en Jerusalén perseguía encarnizadamente a los que invocaban ese nombre, y no ha venido aquí con el objeto de llevárselos atados a los sumos sacerdotes?» 22 Pero Saulo se crecía y confundía a los judíos que vivían en Damasco demostrándoles que aquél era el Cristo.

- Palabra del Señor.

- Gracias a Dios.

Responsorio (Sal 116)

— Id al mundo entero y proclamad el Evangelio

— Id al mundo entero y proclamad el Evangelio

— Alabad al Señor, todas las naciones, aclamadlo, todos los pueblos.

— Firme es su misericordia con nosotros, su fidelidad dura por siempre.

Anuncio del Evangelio (Marcos 16:15-18)

— El Señor esté con vosotros.

— Y con tu espíritu.

— Proclamación del Evangelio de Jesucristo + según San Marcos. 

— Gloria a Ti, Señor.

15 Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. 16 El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. 17 Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, 18 agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien.»

— Palabra de la Salvación.

— Gloria a Ti, Señor.

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