Primera lectura (Sabiduría 7:7-14)
7 Por eso pedí y se me concedió la prudencia; supliqué y me vino el espíritu de Sabiduría. 8 Y la preferí a cetros y tronos y en nada tuve a la riqueza en comparación de ella. 9 Ni a la piedra más preciosa la equiparé, porque todo el oro a su lado es un puñado de arena y barro parece la plata en su presencia. 10 La amé más que la salud y la hermosura y preferí tenerla a ella más que a la luz, porque la claridad que de ella nace no conoce noche. 11 Con ella me vinieron a la vez todos los bienes, y riquezas incalculables en sus manos. 12 Y yo me regocijé con todos estos bienes porque la Sabiduría los trae, aunque ignoraba que ella fuese su madre. 13 Con sencillez la aprendí y sin envidia la comunico; no me guardo ocultas sus riquezas 14 porque es para los hombres un tesoro inagotable y los que lo adquieren se granjean la amistad de Dios recomendados por los dones que les trae la instrucción.
- Palabra del Señor.
- Gracias a Dios.
Responsorio (Sal 15)
— Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti
— Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti
— Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.
— Multiplican las estatuas de dioses extraños; no derramaré sus libaciones con mis manos, ni tomaré sus nombres en mis labios.
— El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré.
— Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha.
Evangelio (Marcos 16:15-20)
— El Señor esté con vosotros.
— Él esta en nuestro medio.
— Proclamación del Evangelio de Jesucristo + según San Marcos.
— Gloria a Ti, Señor.
15 Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. 16 El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. 17 Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, 18 agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien.» 19 Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. 20 Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban.
— Palabra de la Salvación.
— Gloria a Ti, Señor.