Primera lectura (II Corintios 10:17--11:2)
17 El que se gloríe, gloríese en el Señor. 18 Que no es hombre de probada virtud el que a sí mismo se recomienda, sino aquel a quien el Señor recomienda. 1 ¡Ojalá pudierais soportar un poco mi necedad! ¡Sí que me la soportáis! 2 Celoso estoy de vosotros con celos de Dios. Pues os tengo desposados con un solo esposo para presentaros cual casta virgen a Cristo.
- Palabra del Señor.
- Gracias a Dios.
Responsorio (Sal 50,12-13.14-15.18-19)
— Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará de todas vuestras inmundicias
— Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará de todas vuestras inmundicias
— Oh Dios, crea en mi un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu.
— Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso: enseñaré a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a ti.
— Los sacrificios no te satisfacen: si te ofreciera un holocausto, no lo querrías. Mi sacrificio es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias.
Evangelio (Mateo 13:44-46)
— El Señor esté con vosotros.
— Y con tu espíritu.
— Proclamación del Evangelio de Jesucristo + según San Mateo.
— Gloria a Ti, Señor.
44 «El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel.» 45 «También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, 46 y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra.
— Palabra de la Salvación.
— Gloria a Ti, Señor.