Primera Lectura (Romanos 8:12-17)
12 Así pues, hermanos, no somos deudores de la carne de modo que vivamos según la carne. 13 Porque si vivís según la carne, moriréis; pero, si con el Espíritu hacéis morir las obras del cuerpo, viviréis. 14 Porque los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. 15 Porque no recibisteis un espíritu de esclavitud para estar de nuevo bajo el temor, sino que recibisteis un Espíritu de hijos de adopción, en el que clamamos: «¡Abbá, Padre!» 16 Pues el Espíritu mismo da testimonio junto con nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. 17 Y si somos hijos, también herederos: herederos de Dios, coherederos de Cristo; con tal de que padezcamos con él, para ser con él también glorificados.
- Palabra del Señor.
- Gracias a Dios.
Responsorio (Sal 67,2.4.6-7ab.20-21)
- Nuestro Dios es un Dios que salva
- Nuestro Dios es un Dios que salva
- Se levanta Dios, y se dispersan sus enemigos, huyen de su presencia los que lo odian. En cambio, los justos se alegran, gozan en la presencia de Dios, rebosando de alegría.
- Padre de huérfanos, protector de viudas, Dios vive en su santa morada. Dios prepara casa a los desvalidos, libera a los cautivos y los enriquece.
- Bendito el Señor cada día, Dios lleva nuestras cargas, es nuestra salvación. Nuestro Dios es un Dios que salva, el Señor Dios nos hace escapar de la muerte.
Anuncio del Evangelio (Lucas 13:10-17)
— El Señor esté con vosotros.
— Y con tu espíritu.
— Proclamación del Evangelio de Jesucristo + según San Lucas.
— Gloria a Ti, Señor.
10 Un sábado estaba enseñando en una de las sinagogas. 11 Y había allí una mujer poseída por un espíritu, enferma desde hacía dieciocho años, y estaba encorvada sin poder enderezarse de ningún modo.
12 Al verla Jesús, la llamó y le dijo: —Mujer, quedas libre de tu enfermedad.
13 Y le impuso las manos, y al instante se enderezó y glorificaba a Dios.
14 Tomando la palabra el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús curaba en sábado, decía a la muchedumbre: —Hay seis días para trabajar; venid, pues, en ellos a ser curados, y no un día de sábado.
15 El Señor le respondió: —¡Hipócritas!, cualquiera de vosotros ¿no suelta del pesebre en sábado su buey o su asno y lo lleva a beber?
16 Y a ésta, que es hija de Abrahán, a la que Satanás ató hace ya dieciocho años, ¿no había que soltarla de esta atadura aun un día de sábado? 17 Y cuando decía esto, quedaban avergonzados todos sus adversarios, y toda la gente se alegraba por todas las maravillas que hacía.
— Palabra de la Salvación.
— Gloria a Ti, Señor.
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