Primera lectura (Deuteronomio 6:4-13)
4 Escucha, Israel: Yahveh nuestro Dios es el único Yahveh. 5 Amarás a Yahveh tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza. 6 Queden en tu corazón estas palabras que yo te dicto hoy. 7 Se la repetirás a tus hijos, les hablarás de ellas tanto si estás en casa como si vas de viaje, así acostado como levantado; 8 las atarás a tu mano como una señal, y serán como una insignia entre tus ojos; 9 las escribirás en las jambas de tu casa y en tus puertas.
10 Cuando Yahveh tu Dios te haya introducido en la tierra que a tus padres Abraham, Isaac y Jacob juró que te daría: ciudades grandes y prósperas que tú no edificaste, 11 casas llenas de toda clase de bienes, que tú no llenaste, cisternas excavadas que tú no excavaste, viñedos y olivares que tú no plantaste, cuando hayas comido y te hayas saciado, 12 cuida de no olvidarte de Yahveh que te sacó del país de Egipto, de la casa de servidumbre. 13 A Yahveh tu Dios temerás, a él le servirás, por su nombre jurarás.
- Palabra del Señor.
- Gracias a Dios.
Responsorio (Sal 17)
- Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza
- Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza
- Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza; Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador.
- Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte. Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos.
- Viva el Señor, bendita sea mi Roca, sea ensalzado mi Dios y Salvador: tú diste gran victoria a tu rey, tuviste misericordia de tu Ungido.
Anuncio del Evangelio (Mateo 17:14-20)
— El Señor esté con vosotros.
— Y con tu espíritu.
— Proclamación del Evangelio de Jesucristo + según San Mateo.
— Gloria a Ti, Señor.
14 Cuando llegaron donde la gente, se acercó a él un hombre que, arrodillándose ante él, 15 le dijo: "Señor, ten piedad de mi hijo, porque es lunático y está mal; pues muchas veces cae en el fuego y muchas en el agua. 16 Se lo he presentado a tus discípulos, pero ellos no han podido curarle."
17 Jesús respondió: "¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo habré de soportaros? ¡Traédmelo acá! 18 Jesús le increpó y el demonio salió de él; y quedó sano el niño desde aquel momento. 19 Entonces los discípulos se acercaron a Jesús, en privado, y le dijeron: "¿Por qué nosotros no pudimos expulsarle?
20 Díceles: «Por vuestra poca fe. Porque yo os aseguro: si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: "Desplázate de aquí allá", y se desplazará, y nada os será imposible."
— Palabra de la Salvación.
— Gloria a Ti, Señor.