Primera lectura (Romanos 4:20-25)
20 Por el contrario, ante la promesa divina, no cedió a la duda con incredulidad; más bien, fortalecido en su fe, dio gloria a Dios, 21 con el pleno convencimiento de que poderoso es Dios para cumplir lo prometido.
22 Por eso le fue reputado como justicia. 23 Y la Escritura no dice solamente por él que le fue reputado, sino también por nosotros, 24 a quienes ha de ser imputada la fe, a nosotros que creemos en Aquel que resucitó de entre los muertos a Jesús Señor nuestro, 25 quien fue entregado por nuestros pecados, y fue resucitado para nuestra justificación.
- Palabra del Señor.
- Gracias a Dios.
Responsorio (Lc 1,69-70.71-72.73-75)
— Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado a su pueblo
— Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado a su pueblo
— Nos ha suscitado una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas.
— Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
— Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.
Evangelio (Lucas 12:13-21)
— El Señor esté con vosotros.
— Y con tu espíritu.
— Proclamación del Evangelio de Jesucristo + según San Lucas.
— Gloria a Ti, Señor.
13 Uno de la gente le dijo: «Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo.»
14 El le respondió: «¡Hombre! ¿quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros?» 15 Y les dijo: «Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aun en la abundancia, la vida de uno no está asegurada por sus bienes.»
16 Les dijo una parábola: «Los campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto; 17 y pensaba entre sí, diciendo: "¿Qué haré, pues no tengo donde reunir mi cosecha?" 18 Y dijo: "Voy a hacer esto: Voy a demoler mis graneros, y edificaré otros más grandes y reuniré allí todo mi trigo y mis bienes, 19 y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea." 20 Pero Dios le dijo: "¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién serán?" 21 Así es el que atesora riquezas para sí, y no se enriquece en orden a Dios.»
— Palabra de la Salvación.
— Gloria a Ti, Señor.