Primera Lectura (Isaías 40:25-31)
25 «¿A quién me asemejaréis y me igualaréis?» —dice el Santo—.
26 Alzad los ojos a lo alto y mirad: ¿quién creó esas cosas? El que hace salir por orden sus ejércitos, y a cada uno llama por su nombre; tan grande es su poder y tanta su fuerza, que ninguno falta.
27 ¿Por qué dices tú, Jacob, y hablas tú, Israel: «Mi camino está oculto al Señor, a mi Dios no le importa mi derecho»?
28 ¿Es que no lo sabes? ¿O no lo has oído? El Señor es el Dios eterno, el creador de los confines de la tierra, que no se cansa ni se fatiga; su discernimiento es insondable.
29 Él da fuerzas al cansado, y robustece al que no tiene vigor. 30 Se cansan los muchachos y se fatigan, los jóvenes desfallecen y caen, 31 pero los que esperan en el Señor renuevan su fuerza, echan alas como las águilas, corren y no se fatigan, caminan y no se cansan.
- Palabra del Señor.
- Gracias a Dios.
Responsorio (Sal 102,1-2.3-4.8.10)
- Bendice, alma mía, al Señor
- Bendice, alma mía, al Señor
- Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios.
- Él perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades; él rescata tu vida de la fosa, y te colma de gracia y de ternura.
- El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia. No nos trata como merecen nuestro pecados ni nos paga según nuestras culpas.
Anuncio del Evangelio (Mateo 11:28-30)
— El Señor esté con vosotros.
— Y con tu espíritu.
— Proclamación del Evangelio de Jesucristo + según San Mateo.
— Gloria a Ti, Señor.
28 »Venid a mí todos los fatigados y agobiados, y yo os aliviaré. 29 Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas: 30 porque mi yugo es suave y mi carga es ligera.
— Palabra de la Salvación.
— Gloria a Ti, Señor.
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