Primeira Lectura (I Reyes 2:1-4, 10-12)
1 Cuando se acercaron los días de la muerte de David, dio órdenes a su hijo Salomón:
2 «Yo me voy por el camino de todos. Ten valor y sé hombre. 3 Guarda las observancias de Yahveh tu Dios, yendo por su camino, observando sus preceptos, sus órdenes, sus sentencias y sus instrucciones, según está escrito en la ley de Moisés, para que tengas éxito en cuanto hagas y emprendas. 4 Para que Yahveh cumpla la promesa que me hizo diciendo: "Si tus hijos guardan su camino para andar en mi presencia con fidelidad, con todo su corazón y toda su alma, ninguno de los tuyos será arrancado de sobre el trono de Israel."
10 David se acostó con sus padres y le sepultaron en la Ciudad de David. 11 David reinó sobre Israel cuarenta años; reinó en Hebrón siete años; reinó en Jerusalén 33 años. 12 Salomón se sentó en el trono de David su padre y el reino se afianzó sólidamente en su mano.
- Palabra del Señor.
- Gracias a Dios.
Responsorio ( 1Cr 29, 10. 11ab. 11d-12a. 12bcd)
- ¡Bendito sea el Señor, nuestro Dios!
- ¡Bendito sea el Señor, nuestro Dios!
- ¡Bendito seas, Señor, Dios de nuestro padre Israel, desde siempre y para siempre!
- Tuya, Señor, es la grandeza, la fuerza, la gloria, el esplendor y la majestad; porque a ti pertenece todo lo que hay en el cielo y en la tierra.
- Tuyo, Señor, es el reino; tú te elevas por encima de todo. De ti proceden la riqueza y la gloria.
- Porque tú, Señor, lo gobiernas todo, en tu mano están el poder y la fuerza, y es tu mano la que engrandece y afianza todas las cosas.
Anuncio del Evangelio (Marcos 6:7-13)
— El Señor esté con vosotros.
— Y con tu espíritu.
— Proclamación del Evangelio de Jesucristo + según San Marcos.
— Gloria a Ti, Señor.
7 Y llama a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus inmundos. 8 Les ordenó que nada tomasen para el camino, fuera de un bastón: ni pan, ni alforja, ni calderilla en la faja;
9 sino: «Calzados con sandalias y no vistáis dos únicas.» 10 Y les dijo: «Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta marchar de allí.
11 Si algún lugar no os recibe y no os escuchan, marchaos de allí sacudiendo el polvo de la planta de vuestros pies, en testimonio contra ellos.»
12 Y, yéndose de allí, predicaron que se convirtieran; 13 expulsaban a muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
— Palabra de la Salvación.
— Gloria a Ti, Señor.
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