Liturgia

Epifanía del Señor | Domingo

Primera lectura (Isaías 60:1-6) 1 ¡Arriba, resplandece, que ha llegado tu luz, y la gloria de Yahveh sobre ti ha amanecido! 2 Pues mira cómo la oscuridad cubre la tierra, y espesa nube a los pueblos, mas sobre ti amanece Yahveh y su gloria sobre ti aparece. 3 Caminarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu alborada. 4 Alza los ojos en torno y mira: todos se reúnen y vienen a ti. Tus hijos vienen de lejos, y tus hijas son llevadas en brazos. 5 Tú entonces al verlo te pondrás radiante, se estremecerá y se ensanchará tu corazón, porque vendrán a ti los tesoros del mar, las riquezas de las naciones vendrán a ti. 6 Un sin fin de camellos te cubrirá, jóvenes dromedarios de Madián y Efá. Todos ellos de Sabá vienen portadores de oro e incienso y pregonando alabanzas a Yahveh.

Santos Basilio Magno y Gregorio Nacianceno | Sábado

Anuncio del Evangelio (Juan 1:19-28) — El Señor esté con vosotros. — Y con tu espíritu. — Proclamación del Evangelio de Jesucristo + según San Juan.  — Gloria a Ti, Señor. 19 Y este fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron donde él desde Jerusalén sacerdotes y levitas a preguntarle: ¿Quién eres tú? 20 El confesó, y no negó; confesó: Yo no soy el Cristo. 21 Y le preguntaron: ¿Qué, pues? ¿Eres tú Elías? El dijo: No lo soy. - ¿Eres tú el profeta? Respondió: No. 22 Entonces le dijeron: ¿Quién eres, pues, para que demos respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo? 23 Dijo él: Yo soy voz del que clama en el desierto: Rectificad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías. 24 Los enviados eran fariseos. 25 Y le preguntaron: ¿Por qué, pues, bautizas, si no eres tú el Cristo ni Elías ni el profeta? 26 Juan les respondió: Yo bautizo con agua, pero en medio de vosotros está uno a quien no conocéis, 27 que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle la correa de su sandalia. 28 Esto ocurrió en Betania, al otro lado del Jordán, donde estaba Juan bautizando.

7º Día de la Octava de Navidad | Jueves

Primera lectura (I Juan 2:18-21) 18 Hijos míos, es la última hora. Habéis oído que iba a venir un Anticristo; pues bien, muchos anticristos han aparecido, por lo cual nos damos cuenta que es ya la última hora. 19 Salieron de entre nosotros; pero no eran de los nuestros. Si hubiesen sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió así para poner de manifiesto que no todos son de los nuestros. 20 En cuanto a vosotros, estáis ungidos por el Santo y todos vosotros lo sabéis. 21 Os he escrito, no porque desconozcáis la verdad, sino porque la conocéis y porque ninguna mentira viene de la verdad.

6º Día de la Octava de Navidad | Miércoles

Primera lectura (I Juan 2:12-17) 12 Os escribo a vosotros, hijos míos, porque se os han perdonado los pecados por su nombre. 13 Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al Maligno. 14 Os he escrito a vosotros, hijos míos, porque conocéis al Padre, Os he escrito, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os he escrito, jóvenes, porque sois fuertes y la Palabra de Dios permanece en vosotros y habéis vencido al Maligno. 15 No améis al mundo ni lo que hay en el mundo. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Puesto que todo lo que hay en el mundo - la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y la jactancia de las riquezas - no viene del Padre, sino del mundo. 17 El mundo y sus concupiscencias pasan; pero quien cumple la voluntad de Dios permanece para siempre.

5º Día de la Octava de Navidad | Martes

Primera lectura (I Juan 2:3-11) 3 En esto sabemos que le conocemos: en que guardamos sus mandamientos. 4 Quien dice: Yo le conozco y no guarda sus mandamientos es un mentiroso y la verdad no está en él. 5 Pero quien guarda su Palabra, ciertamente en él el amor de Dios ha llegado a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él. 6 Quien dice que permanece en él, debe vivir como vivió él. 7 Queridos, no os escribo un mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo, que tenéis desde el principio. Este mandamiento antiguo es la Palabra que habéis escuchado. 8 Y sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo - lo cual es verdadero en él y en vosotros - pues las tinieblas pasan y la luz verdadera brilla ya. 9 Quien dice que está en la luz y aborrece a su hermano, está aún en las tinieblas. 10 Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza. 11 Pero quien aborrece a su hermano está en las tinieblas, camina en las tinieblas, no sabe a dónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos.

Santos Inocentes, Mártires | Lunes

Primera lectura (I Juan 1:5--2:2) 5 Y este es el mensaje que hemos oído de él y que os anunciamos: Dios es Luz, en él no hay tiniebla alguna. 6 Si decimos que estamos en comunión con él, y caminamos en tinieblas, mentimos y no obramos la verdad. 7 Pero si caminamos en la luz, como él mismo está en la luz, estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado. 8 Si decimos: No tenemos pecado, nos engañamos y la verdad no está en nosotros. 9 Si reconocemos nuestros pecados, fiel y justo es él para perdonarnos los pecados y purificarnos de toda injusticia. 10 Si decimos: No hemos pecado, le hacemos mentiroso y su Palabra no está en nosotros. 1 Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. 2 El es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.

Sagrada Familia: Jesús, María y José | Domingo

Primera lectura (Eclesiástico 3:2-7, 12-14) 2 Pues el Señor glorifica al padre en los hijos, y afirma el derecho de la madre sobre su prole. 3 Quien honra a su padre expía sus pecados; 4 como el que atesora es quien da gloria a su madre. 5 Quien honra a su padre recibirá contento de sus hijos, y en el día de su oración será escuchado. 6 Quien da gloria al padre vivirá largos días, obedece al Señor quien da sosiego a su madre: 7 como a su Señor sirve a los que le engendraron. 12 Hijo, cuida de tu padre en su vejez, y en su vida no le causes tristeza. 13 Aunque haya perdido la cabeza, sé indulgente, no le desprecies en la plenitud de tu vigor. 14 Pues el servicio hecho al padre no quedará en olvido, será para ti restauración en lugar de tus pecados.

San Esteban, Primer Mártir | Sábado

Primera lectura (Hechos 6:8-10; 7:54-59) 8 Esteban, lleno de gracia y de poder, realizaba entre el pueblo grandes prodigios y señales. 9 Se levantaron unos de la sinagoga llamada de los Libertos, cirenenses y alejandrinos, y otros de Cilicia y Asia, y se pusieron a disputar con Esteban; 10 pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba. 54 Al oír esto, sus corazones se consumían de rabia y rechinaban sus dientes contra él. 55 Pero él, lleno del Espíritu Santo, miró fijamente al cielo y vio la gloria de Dios y a Jesús que estaba en pie a la diestra de Dios; 56 y dijo: Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre que está en pie a la diestra de Dios. 57 Entonces, gritando fuertemente, se taparon sus oídos y se precipitaron todos a una sobre él; 58 le echaron fuera de la ciudad y empezaron a apedrearle. Los testigos pusieron sus vestidos a los pies de un joven llamado Saulo. 59 Mientras le apedreaban, Esteban hacía esta invocación: Señor Jesús, recibe mi espíritu.

Natividad del Señor | Viernes

Primera lectura (Isaías 52:7-10) 7 ¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae buenas nuevas, que anuncia salvación, que dice a Sión: Ya reina tu Dios! 8 ¡Una voz! Tus vigías alzan la voz, a una dan gritos de júbilo, porque con sus propios ojos ven el retorno de Yahveh a Sión. 9 Prorrumpid a una en gritos de júbilo, soledades de Jerusalén, porque ha consolado Yahveh a su pueblo, ha rescatado a Jerusalén. 10 Ha desnudado Yahveh su santo brazo a los ojos de todas las naciones, y han visto todos los cabos de la tierra la salvación de nuestro Dios.

4º Semana de Adviento |Navidad de Nuestro Señor Jesús Cristo | Jueves

Anuncio del Evangelio (Lucas 1:67-79) — El Señor esté con vosotros. — Y con tu espíritu. — Proclamación del Evangelio de Jesucristo + según San Lucas.  — Gloria a Ti, Señor. 67 Zacarías, su padre, quedó lleno de Espíritu Santo, y profetizó diciendo: 68 Bendito el Señor Dios de Israel porque ha visitado y redimido a su pueblo. 69 y nos ha suscitado una fuerza salvadora en la casa de David, su siervo, 70 como había prometido desde tiempos antiguos, por boca de sus santos profetas, 71 que nos salvaría de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos odiaban 72 haciendo misericordia a nuestros padres y recordando su santa alianza 73 y el juramento que juró a Abraham nuestro padre, de concedernos 74 que, libres de manos enemigas, podamos servirle sin temor 75 en santidad y justicia delante de él todos nuestros días. 76 Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo, pues irás delante del Señor para preparar sus caminos 77 y dar a su pueblo conocimiento de salvación por el perdón de sus pecados, 78 por las entrañas de misericordia de nuestro Dios, que harán que nos visite una Luz de la altura, 79 a fin de iluminar a los que habitan en tinieblas y sombras de muerte y guiar nuestros pasos por el camino de la paz. — Palabra de la Salvación. — Gloria a Ti, Señor. Misa de la Noche de Navidad O también Anuncio del Evangelio (Lucas 2:1-14) — El Señor esté con vosotros. — Y con tu espíritu. — Proclamación del Evangelio de Jesucristo + según San Lucas.  — Gloria a Ti, Señor. 1 Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. 2 Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino. 3 Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. 4 Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, 5 para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. 6 Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, 7 y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento. 8 Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. 9 Se les presentó el Angel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. 10 El ángel les dijo: No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: 11 os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; 12 y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.13 Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: 14 Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace.