Liturgia

4º Semana de la Pascua | Miércoles

Evangelho (Jo 12,44-50) — O Senhor esteja convosco. — Ele está no meio de nós. — PROCLAMAÇÃO do Evangelho de Jesus Cristo + segundo João.  — Glória a vós, Senhor. Naquele tempo, 44Jesus exclamou em alta voz: “Quem crê em mim não é em mim que crê, mas naquele que me enviou. 45Quem me vê, vê aquele que me enviou. 46Eu vim ao mundo como luz, para que todo aquele que crê em mim não permaneça nas trevas. 47Se alguém ouvir as minhas palavras e não as observar, eu não o julgo, porque eu não vim para julgar o mundo, mas para salvá-lo. 48Quem me rejeita e não aceita as minhas palavras já tem o seu juiz: a palavra que eu falei o julgará no último dia. 49Porque eu não falei por mim mesmo, mas o Pai, que me enviou, ele é quem me ordenou o que eu devia dizer e falar. 50E eu sei que o seu mandamento é vida eterna. Portanto, o que eu digo, eu o digo conforme o Pai me falou”.

4º Semana de la Pascua | Martes

Anuncio del Evangelio (Juan 10:22-30) — El Señor esté con vosotros. — Y con tu espíritu. — Proclamación del Evangelio de Jesucristo + según San Juan.  — Gloria a Ti, Señor. 22 Se celebró por entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno. 23 Jesús se paseaba por el Templo, en el pórtico de Salomón. 24 Le rodearon los judíos, y le decían: ¿Hasta cuándo vas tenernos en vilo? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente. 25 Jesús les respondió: Ya os lo he dicho, pero no me creéis. Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de mí; 26 pero vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas. 27 Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas mi siguen. 28 Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano. 29 El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre. 30 Yo y el Padre somos uno.

4º Semana de la Pascua | Lunes

Anuncio del Evangelio (Juan 10:11-18) — El Señor esté con vosotros. — Y con tu espíritu. — Proclamación del Evangelio de Jesucristo + según San Juan.  — Gloria a Ti, Señor. 11 Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. 12 Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, 13 porque es asalariado y no le importan nada las ovejas. 14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, 15 como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas. 16 También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor. 17 Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. 18 Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre.

4º Domingo de Pascua

Primera lectura (Hechos 2:14, 36-41) 14 Entonces Pedro, presentándose con los Once, levantó su voz y les dijo: «Judíos y habitantes todos de Jerusalén: Que os quede esto bien claro y prestad atención a mis palabras: 36 «Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel que Dios ha constituido Señor y Cristo a este Jesús a quien vosotros habéis crucificado.» 37 Al oír esto, dijeron con el corazón compungido a Pedro y a los demás apóstoles: «¿Qué hemos de hacer, hermanos?» 38 Pedro les contestó: «Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo; 39 pues la Promesa es para vosotros y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos, para cuantos llame el Señor Dios nuestro.» 40 Con otras muchas palabras les conjuraba y les exhortaba: «Salvaos de esta generación perversa.» 41 Los que acogieron su Palabra fueron bautizados. Aquel día se les unieron unas 3.000 almas.

3º Semana de la Pascua | Sábado

Anuncio del Evangelio (Juan 6:60-69) — El Señor esté con vosotros. — Y con tu espíritu. — Proclamación del Evangelio de Jesucristo + según San Juan.  — Gloria a Ti, Señor. 60 Muchos de sus discípulos, al oírle, dijeron: «Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?» 61 Pero sabiendo Jesús en su interior que sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: «¿Esto os escandaliza? 62 ¿Y cuando veáis al Hijo del hombre subir adonde estaba antes?... 63 «El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida. 64 «Pero hay entre vosotros algunos que no creen.» Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar. 65 Y decía: «Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí si no se lo concede el Padre.» 66 Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con él. 67 Jesús dijo entonces a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?» 68 Le respondió Simón Pedro: «Señor, ¿donde quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna, 69 y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.»

3º Semana de la Pascua | San José Obrero | Viernes

Primera lectura (Génesis 1:26--2:3) 26 Y dijo Dios: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y manden en los peces del mar y en las aves de los cielos, y en las bestias y en todas las alimañas terrestres, y en todas las sierpes que serpean por la tierra. 27 Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó. 28 Y bendíjolos Dios, y díjoles Dios: «Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra.» 29 Dijo Dios: «Ved que os he dado toda hierba de semilla que existe sobre la haz de toda la tierra, así como todo árbol que lleva fruto de semilla; para vosotros será de alimento. 30 Y a todo animal terrestre, y a toda ave de los cielos y a toda sierpe de sobre la tierra, animada de vida, toda la hierba verde les doy de alimento.» Y así fue. 31 Vio Dios cuanto había hecho, y todo estaba muy bien. Y atardecío y amaneció: día sexto. 1 Concluyéronse, pues, los cielos y la tierra y todo su aparato, 2 y dio por concluida Dios en el séptimo día la labor que había hecho, y cesó en el día séptimo de toda la labor que hiciera. 3 Y bendijo Dios el día séptimo y lo santificó; porque en él cesó Dios de toda la obra creadora que Dios había hecho. - Palabra del Señor. - Gracias a Dios. O (elige una de las lecturas) Primera lectura (Colosenses 3:14-15, 17, 23-24) 14 Y por encima de todo esto, revestíos del amor, que es el vínculo de la perfección. 15 Y que la paz de Cristo presida vuestros corazones, pues a ella habéis sido llamados formando un solo Cuerpo. Y sed agradecidos. 17 y todo cuanto hagáis, de palabra y de boca, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por su medio a Dios Padre. 23 Todo cuanto hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, 24 conscientes de que el Señor os dará la herencia en recompensa. El Amo a quien servís es Cristo.

3º Semana de la Pascua | Jueves

Evangelho (Jo 6,44-51) — O Senhor esteja convosco. — Ele está no meio de nós. — PROCLAMAÇÃO do Evangelho de Jesus Cristo + segundo João.  — Glória a vós, Senhor. Naquele tempo, disse Jesus à multidão: 44“Ninguém pode vir a mim, se o Pai que me enviou não o atrai. E eu o ressuscitarei no último dia. 45Está escrito nos Profetas: ‘Todos serão discípulos de Deus’. Ora, todo aquele que escutou o Pai e por ele foi instruído, vem a mim. 46Não que alguém já tenha visto o Pai. Só aquele que vem de junto de Deus viu o Pai. 47Em verdade, em verdade, vos digo, quem crê possui a vida eterna. 48Eu sou o pão da vida. 49Os vossos pais comeram o maná no deserto e, no entanto, morreram. 50Eis aqui o pão que desce do céu: quem dele comer, nunca morrerá. 51Eu sou o pão vivo descido do céu. Quem comer deste pão viverá eternamente. E o pão que eu darei é a minha carne dada para a vida do mundo”.

3º Semana de la Pascua | Santa Catalina de Siena | Miércoles

Primera lectura (Hechos 8:1-8) 1 Saulo aprobaba su muerte. Aquel día se desató una gran persecución contra la Iglesia de Jerusalén. Todos, a excepción de los apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaria. 2 Unos hombres piadosos sepultaron a Esteban e hicieron gran duelo por él. 3 Entretanto Saulo hacía estragos en la Iglesia; entraba por las casas, se llevaba por la fuerza hombres y mujeres, y los metía en la cárcel. 4 Los que se habían dispersado iban por todas partes anunciando la Buena Nueva de la Palabra. 5 Felipe bajó a una ciudad de Samaria y les predicaba a Cristo. 6 La gente escuchaba con atención y con un mismo espíritu lo que decía Felipe, porque le oían y veían las señales que realizaba; 7 pues de muchos posesos salían los espíritus inmundos dando grandes voces, y muchos paralíticos y cojos quedaron curados. 8 Y hubo una gran alegría en aquella ciudad.

3º Semana de la Pascua | Martes

Primera lectura (Hechos 7:51--8:1) 51 «¡Duros de cerviz, incircuncisos de corazón y de oídos! ¡Vosotros siempre resistís al Espíritu Santo! ¡Como vuestros padres, así vosotros! 52 ¿A qué profeta no persiguieron vuestros padres? Ellos mataron a los que anunciaban de antemano la venida del Justo, de aquel a quien vosotros ahora habéis traicionado y asesinado; 53 vosotros que recibisteis la Ley por mediación de ángeles y no la habéis guardado.» 54 Al oír esto, sus corazones se consumían de rabia y rechinaban sus dientes contra él. 55 Pero él, lleno del Espíritu Santo, miró fijamente al cielo y vio la gloria de Dios y a Jesús que estaba en pie a la diestra de Dios; 56 y dijo: «Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre que está en pie a la diestra de Dios.» 57 Entonces, gritando fuertemente, se taparon sus oídos y se precipitaron todos a una sobre él; 58 le echaron fuera de la ciudad y empezaron a apedrearle. Los testigos pusieron sus vestidos a los pies de un joven llamado Saulo. 59 Mientras le apedreaban, Esteban hacía esta invocación: «Señor Jesús, recibe mi espíritu.» 60 Después dobló las rodillas y dijo con fuerte voz: «Señor, no les tengas en cuenta este pecado.» Y diciendo esto, se durmió. 1 Saulo aprobaba su muerte. Aquel día se desató una gran persecución contra la Iglesia de Jerusalén. Todos, a excepción de los apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaria.

3º Semana de la Pascua | Lunes

Primera lectura (Hechos 6:8-15) 8 Esteban, lleno de gracia y de poder, realizaba entre el pueblo grandes prodigios y señales. 9 Se levantaron unos de la sinagoga llamada de los Libertos, cirenenses y alejandrinos, y otros de Cilicia y Asia, y se pusieron a disputar con Esteban; 10 pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba. 11 Entonces sobornaron a unos hombres para que dijeran: «Nosotros hemos oído a éste pronunciar palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios.» 12 De esta forma amotinaron al pueblo, a los ancianos y escribas; vinieron de improviso, le prendieron y le condujeron al Sanedrín. 13 Presentaron entonces testigos falsos que declararon: «Este hombre no para de hablar en contra del Lugar Santo y de la Ley; 14 pues le hemos oído decir que Jesús, ese Nazoreo, destruiría este Lugar y cambiaría las costumbres que Moisés nos ha transmitido.» 15 Fijando en él la mirada todos los que estaban sentados en el Sanedrín, vieron su rostro como el rostro de un ángel.

3º Domingo de Pascua

Primera lectura (Hechos 2:14, 22-33) 14 Entonces Pedro, presentándose con los Once, levantó su voz y les dijo: «Judíos y habitantes todos de Jerusalén: Que os quede esto bien claro y prestad atención a mis palabras: 22 «Israelitas, escuchad estas palabras: A Jesús, el Nazoreo, hombre acreditado por Dios entre vosotros con milagros, prodigios y señales que Dios hizo por su medio entre vosotros, como vosotros mismos sabéis, 23 a éste, que fue entregado según el determinado designio y previo conocimiento de Dios, vosotros le matasteis clavándole en la cruz por mano de los impíos; 24 a éste, pues, Dios le resucitó librándole de los dolores del Hades, pues no era posible que quedase bajo su dominio; 25 porque dice de él David: Veía constantemente al Señor delante de mí, puesto que está a mi derecha, para que no vacile. 26 Por eso se ha alegrado mi corazón y se ha alborozado mi lengua, y hasta mi carne reposará en la esperanza 27 de que no abandonarás mi alma en el Hades ni permitirás que tu santo experimente la corrupción. 28 Me has hecho conocer caminos de vida, me llenarás de gozo con tu rostro. 29 «Hermanos, permitidme que os diga con toda libertad cómo el patriarca David murió y fue sepultado y su tumba permanece entre nosotros hasta el presente. 30 Pero como él era profeta y sabía que Dios le había asegurado con juramento que se sentaría en su trono un descendiente de su sangre, 31 vio a lo lejos y habló de la resurrección de Cristo, que ni fue abandonado en el Hades ni su carne experimentó la corrupción. 32 A este Jesús Dios le resucitó; de lo cual todos nosotros somos testigos. 33 Y exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo prometido y ha derramado lo que vosotros veis y oís.