Liturgia

1º Semana del Tiempo Común – Sábado

Primera lectura (Hebreos 4:12-16) 12 Ciertamente, es viva la Palabra de Dios y eficaz, y más cortante que espada alguna de dos filos. Penetra hasta las fronteras entre el alma y el espíritu, hasta las junturas y médulas; y escruta los sentimientos y pensamientos del corazón. 13 No hay para ella criatura invisible: todo está desnudo y patente a los ojos de Aquel a quien hemos de dar cuenta. 14 Teniendo, pues, tal Sumo Sacerdote que penetró los cielos - Jesús, el Hijo de Dios - mantengamos firmes la fe que profesamos. 15 Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado. 16 Acerquémonos, por tanto, confiadamente al trono de gracia, a fin de alcanzar misericordia y hallar gracia para una ayuda oportuna.

1º Semana del Tiempo Común – Viernes

Primera lectura (Hebreos 4:1-5, 11) 1 Temamos, pues; no sea que, permaneciendo aún en vigor la promesa de entrar en su descanso, alguno de vosotros parezca llegar rezagado. 2 También nosotros hemos recibido una buena nueva, lo mismo que ellos. Pero la palabra que oyeron no aprovechó nada a aquellos que no estaban unidos por la fe a los que escucharon. 3 De hecho, hemos entrado en el descanso los que hemos creído, según está dicho: Por eso juré en mi cólera: ¡No entrarán en mi descanso! Y eso que las obras de Dios estaban terminadas desde la creación del mundo, 4 pues en algún lugar dice acerca del día séptimo: Y descansó Dios el día séptimo de todas sus obras. 5 Y también en el pasaje citado: ¡No entrarán en mi descanso! 11 Esforcémonos, pues, por entrar en ese descanso, para que nadie caiga imitando aquella desobediencia.

1º Semana del Tiempo Común – Jueves

Primera lectura (Hebreos 3:7-14) 7 Por eso, como dice el Espíritu Santo: Si oís hoy su voz, 8 no endurezcáis vuestros corazones como en la Querella, el día de la provocación en el desierto, 9 donde me provocaron vuestros padres y me pusieron a prueba, aun después de haber visto mis obras 10 durante cuarenta años. Por eso me irrité contra esa generación y dije: Andan siempre errados en su corazón; no conocieron mis caminos. 11 Por eso juré en mi cólera: ¡No entrarán en mi descanso! 12 ¡Mirad, hermanos!, que no haya en ninguno de vosotros un corazón maleado por la incredulidad que le haga apostatar de Dios vivo; 13 antes bien, exhortaos mutuamente cada día mientras dure este hoy, para que ninguno de vosotros se endurezca seducido por el pecado. 14 Pues hemos venido a ser partícipes de Cristo, a condición de que mantengamos firme hasta el fin la segura confianza del principio.

1º Semana del Tiempo Común – Miércoles

Primera lectura (Hebreos 2:14-18) 14 Por tanto, así como los hijos participan de la sangre y de la carne, así también participó él de las mismas, para aniquilar mediante la muerte al señor de la muerte, es decir, al Diablo, 15 y libertar a cuantos, por temor a la muerte, estaban de por vida sometidos a esclavitud. 16 Porque, ciertamente, no se ocupa de los ángeles, sino de la descendencia de Abraham. 17 Por eso tuvo que asemejarse en todo a sus hermanos, para ser misericordioso y Sumo Sacerdote fiel en lo que toca a Dios, en orden a expiar los pecados del pueblo. 18 Pues, habiendo sido probado en el sufrimiento, puede ayudar a los que se ven probados.

1º Semana del Tiempo Común – Martes

Primera lectura (Hebreos 2:5-12) En efecto, Dios no sometió a los ángeles el mundo venidero del cual estamos hablando.  Pues atestiguó alguien en algún lugar: ¿Qué es el hombre, que te acuerdas de él? ¿O el hijo del hombre, que de él te preocupas? 7 Le hiciste por un poco inferior a los ángeles; de gloria y honor le coronaste. 8 Todo lo sometiste debajo de sus pies. Al someterle todo, nada dejó que no le estuviera sometido. Mas al presente, no vemos todavía que le esté sometido todo. 9 Y a aquel que fue hecho inferior a los ángeles por un poco, a Jesús, le vemos coronado de gloria y honor por haber padecido la muerte, pues por la gracia de Dios gustó la muerte para bien de todos. 10 Convenía, en verdad, que Aquel por quien es todo y para quien es todo, llevara muchos hijos a la gloria, perfeccionando mediante el sufrimiento al que iba a guiarlos a la salvación. 11 Pues tanto el santificador como los santificados tienen todos el mismo origen. Por eso no se avergüenza de llamarles hermanos 12 cando dice: Anunciaré tu nombre a mis hermanos; en medio de la asamblea te cantaré himnos. Y también:

1º Semana del Tiempo Común – Lunes

Primera lectura (Hebreos 1:1-6) 1 Muchas veces y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas; 2 en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo a quien instituyó heredero de todo, por quien también hizo los mundos; 3 el cual, siendo resplandor de su gloria e impronta de su sustancia, y el que sostiene todo con su palabra poderosa, después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, 4 con una superioridad sobre los ángeles tanto mayor cuanto más les supera en el nombre que ha heredado. 5 En efecto, ¿a qué ángel dijo alguna vez: Hijo mío eres tú; yo te he engendrado hoy; y también: Yo seré para él Padre, y él será para mi Hijo? 6 Y nuevamente al introducir a su Primogénito en el mundo dice: Y adórenle todos los ángeles de Dios.

Bautismo del Señor – Domingo

Evangelio (Lucas 3:15-16, 21-22) — El Señor esté con vosotros. — Y con tu espíritu. — Proclamación del Evangelio de Jesucristo + según San Lucas.  — Gloria a Ti, Señor. 15 Como el pueblo estaba a la espera, andaban todos pensando en sus corazones acerca de Juan, si no sería él el Cristo; 16 respondió Juan a todos, diciendo: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. El os bautizará en Espíritu Santo y fuego. 21 Sucedió que cuando todo el pueblo estaba bautizándose, bautizado también Jesús y puesto en oración, se abrió el cielo, 22 y bajó sobre él el Espíritu Santo en forma corporal, como una paloma; y vino una voz del cielo: «Tú eres mi hijo; yo hoy te he engendrado.» [cn-embed id='9060']reflexion_dominical_13/01/19_-_bautismo[/cn-embed]

San Bernardo de Corleone, Religioso – Sábado

Evangelho (Jo 3,22-30) — O Senhor esteja convosco. — Ele está no meio de nós. — Proclamação do Evangelho de Jesus Cristo + segundo João. — Glória a vós, Senhor. Naquele tempo, 22Jesus foi com seus discípulos para a região da Judeia. Permaneceu aí com eles e batizava. 23Também João estava batizando, em Enon, perto de Salim, onde havia muita água. Aí chegavam as pessoas e eram batizadas. 24João ainda não tinha sido posto no cárcere. 25Alguns discípulos de João estavam discutindo com um judeu a respeito da purificação. 26Foram a João e disseram: “Rabi, aquele que estava contigo além do Jordão e do qual tu deste testemunho, agora está batizando e todos vão a ele”. 27João respondeu: “Ninguém pode receber alguma coisa, se não lhe for dada do céu. 28Vós mesmos sois testemunhas daquilo que eu disse: ‘Eu não sou o Messias, mas fui enviado na frente dele’. 29É o noivo que recebe a noiva, mas o amigo, que está presente e o escuta, enche-se de alegria ao ouvir a voz do noivo. Esta é a minha alegria, e ela é completa. 30É necessário que ele cresça e eu diminua”.

San Luis, Obispo – Viernes

Evangelho (Lc 5,12-16) — O Senhor esteja convosco. — Ele está no meio de nós. — Proclamação do Evangelho de Jesus Cristo + segundo Lucas. — Glória a vós, Senhor. 12Aconteceu que Jesus estava numa cidade, e havia aí um homem leproso. Vendo Jesus, o homem caiu a seus pés, e pediu: “Senhor, se queres, tu tens o poder de me purificar”. 13Jesus estendeu a mão, tocou nele, e disse: “Eu quero, fica purificado”. E, imediatamente, a lepra o deixou. 14E Jesus recomendou-lhe: “Não digas nada a ninguém. Vai mostrar-te ao sacerdote e oferece pela purificação o prescrito por Moisés como prova de tua cura”. 15Não obstante, sua fama ia crescendo, e numerosas multidões acorriam para ouvi-lo e serem curadas de suas enfermidades. 16Ele, porém, se retirava para lugares solitários e se entregava à oração.

San Luis, Obispo – Jueves

Primera lectura (I Juan 4:19--5:4) 19 quien teme no ha llegado a la plenitud en el amor. Nosotros amemos, porque él nos amó primero. 20 Si alguno dice: «Amo a Dios», y aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve. 21 Y hemos recibido de él este mandamiento: quien ama a Dios, ame también a su hermano. 1 Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a aquel que da el ser ama también al que ha nacido de él. 2 En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. 3 Pues en esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, 4 pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe.

San Luis, Obispo – Miércoles

Evangelio (Marcos 6:45-52) — El Señor esté con vosotros. — Y con tu espíritu. — Proclamación del Evangelio de Jesucristo + según San Marcos.  — Gloria a Ti, Señor. 45 Inmediatamente obligó a sus discípulos a subir a la barca y a ir por delante hacia Betsaida, mientras él despedía a la gente. 46 Después de despedirse de ellos, se fue al monte a orar. 47 Al atardecer, estaba la barca en medio del mar y él, solo, en tierra. 48 Viendo que ellos se fatigaban remando, pues el viento les era contrario, a eso de la cuarta vigilia de la noche viene hacia ellos caminando sobre el mar y quería pasarles de largo. 49 Pero ellos viéndole caminar sobre el mar, creyeron que era un fantasma y se pusieron a gritar, 50 pues todos le habían visto y estaban turbados. Pero él, al instante, les habló, diciéndoles: «¡Animo!, que soy yo, no temáis.» 51 Subió entonces donde ellos a la barca, y amainó el viento, y quedaron en su interior completamente estupefactos, 52 pues no habían entendido lo de los panes, sino que su mente estaba embotada.