Liturgia

14º Semana del Tiempo Común – Sábado

Primera lectura (Isaías 6:1-8) 1 El año de la muerte del rey Ozías vi al Señor sentado en un trono excelso y elevado, y sus haldas llenaban el templo. 2 Unos serafines se mantenían erguidos por encima de él; cada uno tenía seis alas: con un par se cubrían la faz, con otro par se cubrían los pies, y con el otro par aleteaban, 3 Y se gritaban el uno al otro: «Santo, santo, santo, Yahveh Sebaot: llena está toda la tierra de su gloria.». 4 Se conmovieron los quicios y los dinteles a la voz de los que clamaban, y la Casa se llenó de humo. 5 Y dije: «¡Ay de mí, que estoy perdido, pues soy un hombre de labios impuros, y entre un pueblo de labios impuros habito: que al rey Yahveh Sebaot han visto mis ojos!» 6 Entonces voló hacia mí uno de los serafines con una brasa en la mano, que con las tenazas había tomado de sobre el altar, 7 y tocó mi boca y dijo: «He aquí que esto ha tocado tus labios: se ha retirado tu culpa, tu pecado está expiado.» 8 Y percibí la voz del Señor que decía: «¿A quién enviaré? ¿y quién irá de parte nuestra»? Dije: «Heme aquí: envíame.»

14º Semana del Tiempo Común – Viernes

Primera lectura (Oseas 14:2-10) 2 Vuelve, Israel, a Yahveh tu Dios, pues has tropezado por tus culpas. 3 Tomad con vosotros palabras, y volved a Yahveh. Decidle: «Quita toda culpa; toma lo que es bueno; y en vez de novillos te ofreceremos nuestros labios. 4 Asiria no nos salvará, no montaremos ya a caballo, y no diremos más "Dios nuestro" a la obra de nuestros manos, oh tú, en quien halla compasión el huérfano.» 5 - Yo sanaré su infidelidad, los amaré graciosamente; pues mi cólera se ha apartado de él, 6 seré como rocío para Israel: él florecerá como el lirio, y hundirá sus raíces como el Líbano. 7 Sus ramas se desplegarán, como el del olivo será su esplendor, y su fragancia como la del Líbano. 8 Volverán a sentarse a mi sombra; harán crecer el trigo, florecerán como la vid, su renombre será como el del vino del Líbano. 9 Efraím... ¿qué tiene aún con los ídolos? Yo le atiendo y le miro. Yo soy como un ciprés siempre verde, y gracias a mí se te halla fruto. 10 ¿Quién es sabio para entender estas cosas, inteligente para conocerlas?: Que rectos son los caminos de Yahveh, por ellos caminan los justos, mas los rebeldes en ellos tropiezan.

14º Semana del Tiempo Común – Jueves

Primera lectura (Oseas 11:1-4, 8-9) 1 Cuando Israel era niño, yo le amé, y de Egipto llamé a mi hijo. 2 Cuanto más los llamaba, más se alejaban de mí: a los Baales sacrificaban, y a los ídolos ofrecían incienso. 3 Yo enseñé a Efraím a caminar, tomándole por los brazos, pero ellos no conocieron que yo cuidaba de ellos. 4 Con cuerdas humanas los atraía, con lazos de amor, y era para ellos como los que alzan a un niño contra su mejilla, me inclinaba hacia él y le daba de comer. 8 ¿Cómo voy a dejarte, Efraím, cómo entregarte, Israel? ¿Voy a dejarte como a Admá, y hacerte semejante a Seboyim? Mi corazón está en mí trastornado, y a la vez se estremecen mis entrañas. 9 No daré curso al ardor de mi cólera, no volveré a destruir a Efraím, porque soy Dios, no hombre; en medio de ti yo soy el Santo, y no vendré con ira.

San Benedict – Miércoles

Evangelio (Mateo 10:1-7) — El Señor esté con vosotros. — Él esta en nuestro medio. — Proclamación del Evangelio de Jesucristo + según San Mateo.  — Gloria a Ti, Señor. 1 Y llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y para curar toda enfermedad y toda dolencia. 2 Los nombres de los doce Apóstoles son éstos: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan; 3 Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano; Santiago el de Alfeo y Tadeo; 4 Simón el Cananeo y Judas el Iscariote, el mismo que le entregó. 5 A estos doce envió Jesús, después de darles estas instrucciones: «No toméis camino de gentiles ni entréis en ciudad de samaritanos; 6 dirigíos más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 7 Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca.

14º Semana del Tiempo Común – Martes

Responsorio (Sal 113B,3-4.5-6.7ab-8.9-10) — Israel confía en el Señor — Israel confía en el Señor — Nuestro Dios está en el cielo, lo que quiere lo hace. Sus ídolos, en cambio, son plata y oro, hechura de manos humanas. — Tienen boca, y no hablan; tienen ojos, y no ven; tienen orejas, y no oyen; tienen nariz, y no huelen. — Tienen manos, y no tocan; tienen pies, y no andan. Que sean igual los que los hacen, cuantos confían en ellos. — Israel confía en el Señor: él es su auxilio y su escudo. La casa de Aarón confía en el Señor: él es su auxilio y su escudo.

14º Semana del Tiempo Común – Lunes

Primera lectura (Oseas 2:16-18, 21-22) 16 Por eso yo voy a seducirla; la llevaré al desierto y hablaré a su corazón. 17 Allí le daré sus viñas, el valle de Akor lo haré puerta de esperanza; y ella responderá allí como en los días de su juventud, como el día en que subía del país de Egipto. 18 Y sucederá aquel día - oráculo de Yahveh - que ella me llamará: «Marido mío», y no me llamará más: «Baal mío.» 21 Yo te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia y en derecho en amor y en compasión, 22 te desposaré conmigo en fidelidad, y tú conocerás a Yahveh.

14º Domingo del Tiempo Común

Evangelio (Marcos 6:1-6) — El Señor esté con vosotros. — Él esta en nuestro medio. — Proclamación del Evangelio de Jesucristo + según San Marcos.  — Gloria a Ti, Señor. 1 Salió de allí y vino a su patria, y sus discípulos le siguen. 2 Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga. La multitud, al oírle, quedaba maravillada, y decía: «¿De dónde le viene esto? y ¿qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¿Y esos milagros hechos por sus manos? 3 ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, Joset, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?» Y se escandalizaban a causa de él. 4 Jesús les dijo: «Un profeta sólo en su patria, entre sus parientes y en su casa carece de prestigio.» 5 Y no podía hacer allí ningún milagro, a excepción de unos pocos enfermos a quienes curó imponiéndoles las manos. 6 Y se maravilló de su falta de fe. Y recorría los pueblos del contorno enseñando. [cn-embed id='8054']reflexion_dominical_-_08/07/2018[/cn-embed]

Santísima Virgen – Sábado

Primera lectura (Amós 9:11-15) 11 Aquel día levantaré la cabaña de David ruinosa, repararé sus brechas y restauraré sus ruinas; la reconstruiré como en los días de antaño, 12 para que posean lo que queda de Edom y de todas las naciones sobre las que se ha invocado mi nombre, oráculo de Yahveh, el que hace esto. 13 He aquí que vienen días - oráculo de Yahveh - en que el arador empalmará con el segador y el pisador de la uva con el sembrador; destilarán vino los montes y todas las colinas se derretirán. 14 Entonces haré volver a los deportados de mi pueblo Israel; reconstruirán las ciudades devastadas, y habitarán en ellas, plantarán viñas y beberán su vino, harán huertas y comerán sus frutos. 15 Yo los plantaré en su suelo y no serán arrancados nunca más del suelo que yo les di, dice Yahveh, tu Dios.

Santa María Goretti – Viernes

Primera lectura (Amós 8:4-6, 9-12) 4 Escuchad esto los que pisoteáis al pobre y queréis suprimir a los humildes de la tierra, 5 diciendo: «¿Cuándo pasará el novilunio para poder vender el grano, y el sábado para dar salida al trigo, para achicar la medida y aumentar el peso, falsificando balanzas de fraude, 6 para comprar por dinero a los débiles y al pobre por un par de sandalias, para vender hasta el salvado del grano?» 9 Sucederá aquel día - oráculo del Señor Yahveh - que yo haré ponerse el sol a mediodía, y en plena luz del día cubriré la tierra de tinieblas. 10 Trocaré en duelo vuestra fiesta, y en elegía todas vuestras canciones; en todos los lomos pondré sayal y tonsura en todas las cabezas; lo haré como duelo de hijo único y su final como día de amargura. 11 He aquí que vienen días - oráculo del Señor Yahveh - en que yo mandaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Yahveh. 12 Entonces vagarán de mar a mar, de norte a levante andarán errantes en busca de la Palabra de Yahveh, pero no la encontrarán.

13º Semana del Tiempo Común – Jueves

Primera lectura (Amós 7:10-17) 10 El sacerdote de Betel, Amasías, mandó a decir a Jeroboam, rey de Israel: «Amós conspira contra ti en medio de la casa de Israel; ya no puede la tierra soportar todas sus palabras. 11 Porque Amós anda diciendo: "A espada morirá Jeroboam, e Israel será deportado de su suelo."» 12 Y Amasías dijo a Amós: «Vete, vidente; huye a la tierra de Judá; come allí tu pan y profetiza allí. 13 Pero en Betel no has de seguir profetizando, porque es el santuario del rey y la Casa del reino.» 14 Respondió Amós y dijo a Amasías: «Yo no soy profeta ni hijo de profeta, yo soy vaquero y picador de sicómoros. 15 Pero Yahveh me tomó de detrás del rebaño, y Yahveh me dijo: "Ve y profetiza a mi pueblo Israel." 16 Y ahora escucha tú la palabra de Yahveh. Tú dices: "No profetices contra Israel, no vaticines contra la casa de Isaac." 17 «Por eso, así dice Yahveh: "Tu mujer se prostituirá en la ciudad, tus hijos y tus hijas caerán a espada, tu suelo será repartido a cordel, tú mismo en un suelo impuro morirás, e Israel será deportado de su suelo".»

13º Semana del Tiempo Común – Miércoles

Evangelio (Mateo 8:28-34) — El Señor esté con vosotros. — Él esta en nuestro medio. — Proclamación del Evangelio de Jesucristo + según San Mateo.  — Gloria a Ti, Señor. 28 Al llegar a la otra orilla, a la región de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, y tan furiosos que nadie era capaz de pasar por aquel camino. 29 Y se pusieron a gritar: «¿Qué tenemos nosotros contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?» 30 Había allí a cierta distancia una gran piara de puercos paciendo. 31 Y le suplicaban los demonios: «Si nos echas, mándanos a esa piara de puercos.» 32 El les dijo: «Id.» Saliendo ellos, se fueron a los puercos, y de pronto toda la piara se arrojó al mar precipicio abajo, y perecieron en las aguas. 33 Los porqueros huyeron, y al llegar a la ciudad lo contaron todo y también lo de los endemoniados. 34 Y he aquí que toda la ciudad salió al encuentro de Jesús y, en viéndole, le rogaron que se retirase de su término.