Liturgia

19º Semana del Tiempo Común – Miércoles

Primera lectura (Apocalipsis 11:19; 12:1-6, 10) 19 Y se abrió el Santuario de Dios en el cielo, y apareció el arca de su alianza en el Santuario, y se produjeron relámpagos, y fragor, y truenos, y temblor de tierra y fuerte granizada. 1 Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; 2 está encinta, y grita con los dolores del parto y con el tormento de dar a luz. 3 Y apareció otra señal en el cielo: un gran Dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas. 4 Su cola arrastra la tercera parte de las estrellas del cielo y las precipitó sobre la tierra. El Dragón se detuvo delante de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su Hijo en cuanto lo diera a luz. 5 La mujer dio a luz un Hijo varón, el que ha de regir a todas las naciones con cetro de hierro; y su hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta su trono. 6 Y la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios para ser allí alimentada 1.260 días. 10 Oí entonces una fuerte voz que decía en el cielo: «Ahora ya ha llegado la salvación, el poder y el reinado de nuestro Dios y la potestad de su Cristo, porque ha sido arrojado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche delante de nuestro Dios.

19º Semana del Tiempo Común – Martes

Evangelio (Juan 15:12-17) — El Señor esté con vosotros. — Y con tu espíritu. — Proclamación del Evangelio de Jesucristo + según San Juan.  — Gloria a Ti, Señor. 12 Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. 13 Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. 14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. 15 No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. 16 No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. 17 Lo que os mando es que os améis los unos a los otros.»

19º Semana del Tiempo Común – Lunes

Primera lectura (Ezequiel 1:2-5, 24-28) 2 El día cinco del mes - era el año quinto de la deportación del rey Joaquín - 3 la palabra de Yahveh fue dirigida al sacerdote Ezequiel, hijo de Buzí, en el país de los caldeos, a orillas del río Kebar, y allí fue sobre él la mano de Yahveh. 4 Yo miré: vi un viento huracanado que venía del norte, una gran nube con fuego fulgurante y resplandores en torno, y en el medio como el fulgor del electro, en medio del fuego. 5 Había en el centro como una forma de cuatro seres cuyo aspecto era el siguiente: tenían forma humana. 24 Y oí el ruido de sus alas, como un ruido de muchas aguas, como la voz de Sadday; cuando marchaban, era un ruido atronador, como ruido de batalla; cuando se paraban, replegaban sus alas. 25 Y se produjo un ruido. 26 Por encima de la bóveda que estaba sobre sus cabezas, había algo como una piedra de zafiro en forma de trono, y sobre esta forma de trono, por encima, en lo más alto, una figura de apariencia humana. 27 Vi luego como el fulgor del electro, algo como un fuego que formaba una envoltura, todo alrededor, desde lo que parecía ser sus caderas para arriba; y desde lo que parecía ser sus caderas para abajo, vi algo como fuego que porducía un resplandor en torno, 28 con el aspecto del arco iris que aparece en las nubes los días de lluvia: tal era el aspecto de este resplandor, todo en torno. Era algo como la forma de la gloria de Yahveh. A su vista caí rostro en tierra y oí una voz que hablaba.

19º Domingo del Tiempo Común

Evangelio (Juan 6:41-51) — El Señor esté con vosotros. — Y con tu espíritu.  — Proclamación del Evangelio de Jesucristo + según San Juan.  — Gloria a Ti, Señor. 41 Los judíos murmuraban de él, porque había dicho: «Yo soy el pan que ha bajado del cielo.» 42 Y decían: «¿No es éste Jesús, hijo de José, cuyo padre y madre conocemos? ¿Cómo puede decir ahora: He bajado del cielo?» 43 Jesús les respondió: «No murmuréis entre vosotros. 44 «Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día. 45 Está escrito en los profetas: Serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. 46 No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre. 47 En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna. 48 Yo soy el pan de la vida. 49 Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; 50 este es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. 51 Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo.» [cn-embed id='8230']reflexion_dominical[/cn-embed]

18º Semana del Tiempo Común – Sábado

Primera lectura (II Corintios 4:6-10, 16-18) 6 Pues el mismo Dios que dijo: "De las tinieblas brille la luz," ha hecho brillar la luz en nuestros corazones, para irradiar el conocimiento de la gloria de Dios que está en la faz de Cristo. 7 Pero llevamos este tesoro en recipientes de barro para que aparezca que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no de nosotros. 8 Atribulados en todo, mas no aplastados; perplejos, mas no desesperados; 9 perseguidos, mas no abandonados; derribados, mas no aniquilados. 10 Llevamos siempre en nuestros cuerpos por todas partes el morir de Jesús, a fin de que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. 16 Por eso no desfallecemos. Aun cuando nuestro hombre exterior se va desmoronando, el hombre interior se va renovando de día en día. 17 En efecto, la leve tribulación de un momento nos produce, sobre toda medida, un pesado caudal de gloria eterna, 18 a cuantos no ponemos nuestros ojos en las cosas visibles, sino en las invisibles; pues las cosas visibles son pasajeras, mas las invisibles son eternas.

18º Semana del Tiempo Común – Viernes

Primera lectura (II Corintios 9:6-10) 6 Mirad: el que siembra con mezquindad, cosechará también con mezquindad; el que siembra en abundancia, cosechará también en abundancia. 7 Cada cual dé según el dictamen de su corazón, no de mala gana ni forzado, pues: Dios ama al que da con alegría. 8 Y poderoso es Dios para colmaros de toda gracia a fin de que teniendo, siempre y en todo, todo lo necesario, tengáis aún sobrante para toda obra buena. 9 Como está escrito: Repartió a manos llenas; dio a los pobres; su justicia permanece eternamente. 10 Aquel que provee de simiente al sembrador y de pan para su alimento, proveerá y multiplicará vuestra sementera y aumentará los frutos de vuestra justicia.

18º Semana del Tiempo Común – Jueves

Evangelho (Mt 16,13-23) — O Senhor esteja convosco. — Ele está no meio de nós. — Proclamação do Evangelho de Jesus Cristo + segundo Mateus. — Glória a vós, Senhor. Naquele tempo, 13Jesus foi à região de Cesaréia de Filipe e ali perguntou a seus discípulos: “Quem dizem os homens ser o Filho do Homem?” 14Eles responderam: “Alguns dizem que é João Batista; outros que é Elias; Outros ainda, que é Jeremias ou algum dos profetas”. 15Então Jesus lhes perguntou: “E vós, quem dizeis que eu sou?” 16Simão Pedro respondeu: “Tu és o Messias, o Filho do Deus vivo”. 17Respondendo, Jesus lhe disse: “Feliz és tu, Simão, filho de Jonas, porque não foi um ser humano que te revelou isso, mas o meu Pai que está no céu. 18Por isso eu te digo que tu és Pedro, e sobre esta pedra construirei a minha Igreja, e o poder do inferno nunca poderá vencê-la. 19Eu te darei as chaves do Reino dos Céus: tudo o que tu ligares na terra será ligado nos céus; tudo o que tu desligares na terra será desligado nos céus”. 20Jesus, então, ordenou aos discípulos que não dissessem a ninguém que ele era o Messias. 21Jesus começou a mostrar aos seus discípulos que devia ir a Jerusalém e sofrer muito da parte dos anciãos, dos sumos sacerdotes e dos mestres da Lei, e que devia ser morto e ressuscitar no terceiro dia. 22Então Pedro tomou Jesus à parte e começou a repreendê-lo, dizendo: “Deus não permita tal coisa, Senhor! Que isto nunca te aconteça!” 23Jesus, porém, voltou-se para Pedro, e disse: “Vai para longe, Satanás! Tu és para mim uma pedra de tropeço, porque não pensas as coisas de Deus, mas sim as coisas dos homens!”

18º Semana del Tiempo Común – Miércoles

Primera lectura (II Timoteo 4:1-5) 1 Te conjuro en presencia de Dios y de Cristo Jesús que ha de venir a juzgar a vivos y muertos, por su Manifestación y por su Reino: 2 Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, amenaza, exhorta con toda paciencia y doctrina. 3 Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por su propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades; 4 apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a las fábulas. 5 Tú, en cambio, pórtate en todo con prudencia, soporta los sufrimientos, realiza la función de evangelizador, desempeña a la perfección tu ministerio.

18º Semana del Tiempo Común – Martes

Primera lectura (Jeremías 30:1-2, 12-15, 18-22) 1 Palabra que fue dirigida a Jeremías de parte de Yahveh: 2 Así dice Yahveh el Dios de Israel: Escríbete todas las palabras que te he hablado en un libro. 12 Porque así dice Yahveh: Irremediable es tu quebranto, incurable tu herida. 13 Estás desahuciado; para una herida hay cura, para ti no hay remedio. 14 Todos tus amantes te olvidaron, por tu salud no preguntaron. Porque con herida de enemigo te herí, castigo de hombre cruel, (por tu gran culpa, porque son enormes tus pecados). 15 ¿Por qué te quejas de tu quebranto? Irremediable es tu sufrimiento; por tu gran culpa, por ser enormes tus pecados te he hecho esto. 18 Así dice Yahveh: He aquí que yo hago volver a los cautivos de las tiendas de Jacob y de sus mansiones me apiadaré; será reedificada la ciudad sobre su montículo de ruinas y el alcázar tal como era será restablecido. 19 Y saldrá de entre ellos loor y voz de gente alegre; los multiplicaré y no serán pocos, los honraré y no serán menguados, 20 sino que serán sus hijos como antes, su comunidad ante mí estará en pie, y yo visitaré a todos sus opresores. 21 Será su soberano uno de ellos, su jefe de entre ellos saldrá, y le haré acercarse y él llegará hasta mí, porque ¿quién es el que se jugaría la vida por llegarse hasta mí? - oráculo de Yahveh -. 22 Y vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios.

Transfiguración del Señor – Lunes

Primera lectura (Daniel 7:9-10, 13-14) 9 Mientras yo contemplaba: Se aderezaron unos tronos y un Anciano se sentó. Su vestidura, blanca como la nieve; los cabellos de su cabeza, puros como la lana. Su trono, llamas de fuego, con ruedas de fuego ardiente. 10 Un río de fuego corría y manaba delante de él. Miles de millares le servían, miriadas de miriadas estaban en pie delante de él. El tribunal se sentó, y se abrieron los libros. 13 Yo seguía contemplando en las visiones de la noche: Y he aquí que en las nubes del cielo venía como un Hijo de hombre. Se dirigió hacia el Anciano y fue llevado a su presencia. 14 A él se le dio imperio, honor y reino, y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron. Su imperio es un imperio eterno, que nunca pasará, y su reino no será destruido jamás.